No es difícil pensar en una razón para saltarte un entrenamiento. Muchos de nosotros lo hacemos. La palabra "O" es una gran excusa. "Estoy ocupado". Sí, cuando nos encontramos cortos de tiempo, el ejercicio muchas veces deja de ser una prioridad.

¿Quién tiene una hora extra para pasar caminando varios kilómetros, sudando en un gimnasio o tomando una clase de yoga, verdad? Bueno, no tienes que dedicar una hora entera para poner tu cuerpo a través de algunos pasos saludables.

Empieza poco a poco. Es más fácil si dedicas solo 30 minutos al día a mover tu cuerpo. Es posible que te sorprenda lo rápido que tu hábito de ejercicio se vuelva algo que prefieras para sentirte bien. Igual de importante, es también posible que te sorprenda descubrir que es realmente fácil encontrar el tiempo para el ejercicio.

¿Necesitas un pequeño empujón? Aquí hay algunas maneras de incorporar el ejercicio en tu rutina diaria:

Haz un horario y apégate a él. 
Abre tu calendario y bloquea un poco de tiempo al menos cinco días a la semana para hacer ejercicio. Trátalo como cualquier otra cita o reunión que no te atreverías a saltar. Planifica el tipo de ejercicio que vas a hacer cada día con anticipación. Por ejemplo, los lunes puede planear correr tres millas. Los martes, puede reservar tiempo para hacer un poco de entrenamiento con pesas. Cuando entras en tu entrenamiento con un objetivo, es menos probable que te vuelvas perezoso y te rindas tan pronto.

Despierta más temprano. 
La mayoría de nosotros tenemos que levantarnos temprano durante los días de trabajo, por lo que la idea de levantarnos aún más temprano puede no parecer demasiado atractiva. Sin embargo, tiene sentido. Si vas a tener un día o una noche súper ocupados, la mañana podría ser el único momento para hacer algo de ejercicio. Empaca una bolsa la noche anterior con tu ropa de trabajo y artículos de baño. Duerme con la ropa con la que vas a hacer ejercicio. Cuando llegue la mañana, literalmente sal de la cama, recoge tu bolso y dirígete al gimnasio.     

Convierte tu viaje diario en un entrenamiento. 
En lugar de subirte al tren o conducir, anda en bicicleta, corre o camina hacia y de regreso del trabajo. Incluso puedes encontrar que tu viaje diario es un poco más rápido, ya que no tendrás que lidiar con el tráfico o los horarios de tren.

Haz ejercicio durante el almuerzo. 
Usa tu hora de almuerzo para salir a correr o andar en bicicleta. Es una excelente manera de despejar la cabeza y aliviar un poco el estrés. También es bueno terminar tu entrenamiento temprano para que pueda hacer algo más por la noche. 

Planifica actividades físicas con familiares o amigos. 
Si tienes problemas para encontrar tiempo para hacer ejercicio, intenta incorporar las actividades físicas en el tiempo que pasa con amigos, familiares u otras personas significativas. Sal a dar un largo paseo después de la cena o las bebidas. Haz una caminata, juega un juego de basquetbol, disfruta de una aventura de escalada en roca o intenta clases de baile. Tener a alguien más con quien hacer ejercicio lo hace más divertido y es una excelente manera de mantenerte motivado.

Aprovecha el tiempo frente la televisión. 
Ver la televisión es uno de los placeres simples de la vida. En lugar de simplemente tirarte en el sofá, intenta moverte mientras te pones al día con tus programas favoritos. Haz algunos estiramientos, levanta algunas pesas libres, súbete a la corredora o a la elíptica. Incluso puedes encontrar que tu entrenamiento pasará aún más rápido porque está distraído.

Únete a una liga deportiva. 
Hacer ejercicio puede ser una forma divertida de pasar el rato con amigos y conocer gente nueva. Busca las ligas deportivas en tu área y ve si alguna de las actividades te interesa. Pídeles a tus amigos que inicien un equipo de softbol, voleibol o baloncesto, o que se unan a un equipo existente.

¿Cómo incorporas el fitness en tu semana? ¡Nos encantaría escuchar tus consejos!

Fuente:  Fitness training: Elements of a well-rounded routine,  Mayo Clinic, 2022

Originalmente publicado 8/2/2021; Actualizado 2022