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Más del 20 por ciento de los adultos estadounidenses pasan por ansiedad, depresión o algúna otra condicion de salud mental durante el año, según la Alianza Nacional de Salud Mental (National Alliance on Mental Health en inglés). Algunas personas necesitan apoyo para afrontar el estrés y el consumo de sustancias o una enfermedad grave. Otros enfrentan problemas en sus relaciónes, pérdida de trabajo o la muerte de un ser querido.
La salud mental influye en cómo pensamos, sentimos y actuamos. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, tomamos decisiones y cómo nos llevamos con los demás. Es parte de tu salud total, y por eso es importante obtener ayuda si la necesitas. Puedes comenzar hablando con tu médico de cabecera. Es posible que tu doctor te hable sobre cómo podrías beneficiarte de la terapia o te ayude a encontrar un terapeuta.
La terapia puede ayudar con muchas condiciones, y no tienes que esperar hasta que tus preocupaciones se vuelvan debilitantes para obtener ayuda. La terapia puede ayudarte a resolver problemas y aprender nuevas habilidades para que puedas enfrentar mejor cualquier desafío que enfrentes en el futuro.
Es posible que te preocupe que la terapia no funcione o que tendrás que ir a terapia durante años para ver algún beneficio. Pero eso no es cierto. No creas estos mitos:
Cuando busques un terapeuta, piensa en lo que es más importante para ti y lo que te gustaría obtener de la terapia. Es importante encontrar a alguien con quien puedas conectarte y que te haga sentir escuchado.
Puedes ponerte en contacto con algunos terapeutas por teléfono y hablar con ellos sobre lo que estás buscando. Algunos pueden ofrecer una breve reunión antes de una primera sesión para que ambos decidan si es una buena opción. Puedes preguntar sobre lo qué puedes esperar de la terapia y sobre su experiencia trabajando con personas que han enfrentado problemas como el tuyo.
Los terapeutas calificados tendrán al menos una maestría. Los terapeutas de nivel de maestría habrán tenido que demostrar sus habilidades al obtener una licencia clínica aprobada por el estado (LCPC, LPC, LCSW, LMFT, LMHC). A los terapeutas con un doctorado (PhD, PsyD) también se les suele llamar psicólogos. Ambos niveles han cumplido con las normas educativas y la experiencia requerida. También han participado en educación continua. Y algunos se especializan en ciertos campos, como los trastornos alimentarios o el trastorno de estrés postraumático.
Ten en cuenta que los terapeutas tienen diferentes enfoques y métodos. Algunos pueden tener un estilo de comunicación de "dar y recibir", y también pueden asignarte tareas entre sesiones. Otros escuchan y luego comentan. Piensa qué tipo de método y enfoque podría ser más útil para ti. Eso puede ayudarte a encontrar un buen terapeuta.
Dale tiempo
Construir la relación entre tu y tu terapeuta puede tomar algún tiempo. No te rindas después de solo una o dos sesiones. Y ten conciencia de que la terapia puede significar hablar sobre cosas difíciles. También puede producir sentimientos fuertes. Es posible sentirte agotado después de una sesión. Para estos momentos, puedes agregar algunos pasos de cuidado personal para cuidar tu salud en general. Por ejemplo planifica formas de relajarte para apoyar el trabajo que estás haciendo en la terapia.
Busca apoyo
Considera en unirte a un grupo de apoyo. Hablar con personas que están pasando por una experiencia similar o lidiando con la misma condición de salud puede ayudarte. Algunos son grupos de apoyo entre compañeros. Las reuniones de estos grupos son frecuentemente dirigidas por los miembros. Los grupos de terapia también pueden ser dirigidos por un terapeuta o psicólogo durante un período de tiempo determinado. Un grupo dirigido por un terapeuta puede ser una buena opción para las personas que están pensando en comenzar una terapia individual, pero pueden sentirse más cómodos al comenzar en grupo.
Verifica si tienes un Programa de Asistencia al Empleado en el trabajo. Algunos empleadores ofrecen el programa, que brinda consejería/terapia a corto plazo durante un número determinado de sesiones sin costo alguno para el empleado. Puedes consultar con el departamento de recursos humanos de tu empresa para ver si está disponible y cómo empezar.