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Muchos padres y niños se quedaron en casa durante la pandemia de COVID-19. Esto los mantuvo protegidos, pero conllevó que los niños no acudieran a las consultas preventivas para niños y retrasaran sus vacunas. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y American Academy of Pediatrics (academia estadounidense de pediatría) exhortan a los padres a asegurarse de que su hijo siga recibiendo las vacunas recomendadas.
Ahora es el momento para ponerse al día con las vacunas, antes del regreso a clases. Este año, más niños podrían estar retrasados con sus vacunas debido a la pandemia.
Los niños necesitan vacunas para mantenerse saludables, desde que son bebés hasta la adolescencia. Durante la infancia es fundamental recibir las vacunas a tiempo. Las vacunas ofrecen inmunidad antes de que los niños estén expuestos a enfermedades. Además, antes de empezar el año escolar deben haber recibido ciertas vacunas.
Los niños en Estados Unidos reciben las vacunas que los protegen de más de una docena de enfermedades, incluidas las siguientes:
En la actualidad, la mayoría de estas enfermedades están en los niveles más bajos de la historia gracias a las medidas de vacunación que se han hecho por años. Alrededor de 300 niños mueren cada año en Estados Unidos por enfermedades que se pueden prevenir con vacunas. Las vacunas son una parte vital de la atención preventiva para niños y ayudan a prevenir el resurgimiento de enfermedades.
Habla con el médico sobre la vacuna contra COVID-19 y cuándo tu hijo puede vacunarse.
Es más probable que las enfermedades que las vacunas infantiles intentan prevenir se manifiesten cuando los niños son pequeños y la posibilidad de complicaciones es mayor. Esto hace que la vacunación temprana, incluso justo después de nacer, sea fundamental. Si esperas a que el niño crezca para vacunarlo, podría ser demasiado tarde. Las vacunas se examinan para confirmar su seguridad y efectividad en niños a ciertas edades recomendadas.
Sí, las vacunas son muy seguras. Durante años, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) examina cada vacuna autorizada para niños para confirmar su seguridad. Éstas funcionan exponiendo al cuerpo a una cantidad muy pequeña de versiones débiles o muertas de gérmenes o virus. Así, el sistema inmunitario aumenta los recursos para combatir esos virus en el futuro. Las vacunas han disminuido o detenido la propagación de polio, sarampión, paperas y otras enfermedades graves.
Por lo general, los efectos secundarios más comunes son muy leves, como dolor o hinchazón en el área donde se administró la vacuna.
A pesar de los muchos debates públicos sobre el tema, los investigadores no han encontrado un vínculo entre el autismo y las vacunas infantiles. El estudio que propició esa conversación hace años fue retirado.
CDC recomienda vacunas específicas para niños y adolescentes a ciertas edades:
Infantes hasta los 2 años: Comenzar a vacunarse desde el nacimiento puede ayudar a proteger a su hijo contra hepatitis A, hepatitis B, rotavirus, difteria, tétanos, tos ferina, haemophilus influenzae tipo b (protege contra Hib, una infección bacteriana grave), enfermedad neumocócica, polio, influenza, sarampión, paperas, rubéola y varicela.
Entre 3 y 6 años: Continúa con las vacunas que protegen de polio, difteria, tétanos, tos ferina, sarampión, paperas, rubéola y varicela. Además, continúa administrándole la vacuna anual contra la gripe.
Entre 7 y 13 años: Las vacunas para los preadolescentes pueden ayudar a proteger contra el virus del papiloma humano (VPH), meningitis, tétanos, difteria y tos ferina. Además, continúa administrándole la vacuna anual contra la gripe.
Entre 14 y 18 años: Recibir las vacunas recomendadas y la vacuna anual contra la gripe hasta los 18 años puede ayudar a su hijo a mantenerse saludable.
Pregúntale al pediatra de tu hijo sobre las vacunas. Es preferible obtener los datos que necesitas de un profesional médico en quien confíes. No tomes decisiones médicas basadas en las historias que hayas visto en la televisión o en Internet, o que hayas escuchado de otros padres.
Cada año ofrecemos nuevas Recomendaciones para el bienestar que incluyen recomendaciones específicas para la atención preventiva, las vacunas y las pruebas de detección en adultos y niños. En las Recomendaciones para el bienestar encontrarás información sobre la atención médica preventiva que tú y tu familia necesitan para mantenerse saludables.